Queridos Hermanos y Hermanas,

“a vosotros, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (1Cor 1, 3). Os saludo con la Palabra de Dios desde Malta, la Isla de San Pablo. Es un saludo que en este momento tan difícil para el mundo entero que os llene de coraje y de esperanza en nuestro Santo Dios.

Queridos, éste es un período excepcional, pero también una oportunidad de aprovechar para volver al camino que nos enseñó el Señor, abriéndole nuestros corazones para escucharlo.

En un mundo abrumado por las tensiones y el pánico, recordamos que “Sabiduría, sí, hablamos entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer” (1Cor 2, 6).

Queridos amigos, este es un período excepcional, pero también una oportunidad de ser explotados para volver al camino que nos enseñó el Señor, abriéndole nuestros corazones para escucharlo. Hablamos de una sabiduría divina de la Palabra de nuestro Señor Jesucristo. En la oscuridad que nos rodea, se nos insta a llevar la luz que guía los pasos de nuestro viaje, la luz que recibimos en el Sacramento del Bautismo, es decir, de nuestro Cristo Señor.

  1. Cristo la Luz Universal
  2. Cardenal Lean Joseph Suenens, Primado Eclesiástico de Bélgica durante el Concilio cuenta una anécdota.

Un erudito preguntó a la gente de su alrededor: “¿Qué es lo más importante para que el hombre no muera de hambre?

Todos respondieron rápidamente “el pan”. El erudito respondió: “No, lo indispensable para que el hombre no muera de hambre es el SOL. El sol da luz, calor y salud.

En ausencia del sol, no germina ni crece el trigo, y no habría pan.

Pero ahora el Cardenal nos hace a los Cristianos la siguiente pregunta: “¿Qué es más importante para que la vida cristiana no muera?”

Y la respuesta es que el hombre necesita la VERDAD DE DIOS,

Cristo es la luz. Tengámoslo siempre presente.

  1. Nuestra luz no es un objeto, sino una Persona, Cristo.
  2. “Jesús les habló de nuevo diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».” (Jn 8, 12)
  3. Los ejemplos y enseñanzas que Cristo coloca en el Evangelio son:

– Un modelo para organizar nuestra vida.

– Son las soluciones a todos los problemas que el hombre encuentra en su camino.

Acojamos la Luz.

Encontremos la luz en la Palabra del Señor.

  1. Venerada
  2. Divulgada
  3. Explicada
  4. Vivida desde quien escucha o la lee.

En estos tiempos difíciles, unámonos para trabajar más duro en:

  1. Comprender la importancia y el valor de la palabra del Señor.

El documento del Concilio “Dei Verbum” indica que “La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo” (N.21)

  1. Acercarse a las Sagradas Escrituras.

El Papa Benedicto exhortó a los jóvenes a “adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. San Jerónimo observa al respecto: «El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo»”.

El Papa Benedicto agrega: “Quien escucha la palabra de Dios y se remite siempre a ella pone su propia existencia sobre un sólido fundamento.”. (Mensaje del Papa Benedicto a la XXI Jornada de la Juventud 2006)

  1. Escuchemos la palabra del Señor.

Hace unos días, el Papa Francisco nos sugirió que “Cristo Jesús llama a la puerta de nuestro corazón a través de las palabras de las Sagradas Escrituras. Si lo escuchamos y abrimos la puerta de nuestros pensamientos y nuestros corazones, Jesús entra en nuestra vida y se queda con nosotros para siempre”.

  1. Difunde la luz entorno a ti

¿Como se puede hacer eso? El Papa Francisco propone dos sugerencias:

  • Vivamos el Evangelio en nuestra vida cuotidiana
  • Demos testimonio del Evangelio
  1. Vivamos el Evangelio en nuestra vida cuotidiana

El beato Charles de Foucauld explicó:

“Quiero difundir el Evangelio con todas mis fuerzas. Si no vivo el Evangelio, Jesús no vive en mí”.

Mahatma Ghandi, a pesar de ser de creencia hindú, ha expresado un gran aprecio por Cristo y el Evangelio.

Tuvo ocasión de hablar con un cristiano refiriéndose a la siguiente metáfora de la rosa:

“Una rosa no necesita predicar, simplemente extiende su fragancia, y también es percibida por una persona no vidente. Si la rosa no necesita un agente, mucho menos el Evangelio de Cristo. Por lo tanto, la fragancia del Evangelio de Cristo debe ser comunicada con buen ejemplo y buenas obras en la vida cuotidiana de todos”.

  1. Dar testimonio del Evangelio en todo el mundo

“Vosotros sois la luz del mundo. […] Brille así vuestra luz ante los hombres…” (Mt 5, 14-16)

Don Werenfried Van Straaten, fundador de la asociación “Ayuda a la Iglesia Necesitada”, trabajó para imprimir y distribuir miles de copias de la Biblia en todos los idiomas sin costo para los países bajo el régimen comunista. Él decía:

“El evangelio se ha impreso en millones de copias y se puede adquirir en todos los idiomas. El hombre de nuestro tiempo en la actual sociedad engañosa no le interesa el Evangelio en una versión impresa, sino que busca el Evangelio vivo, el ejemplo vivo que refleja la enseñanza del Evangelio. La sociedad de hoy pide un testimonio no de palabras sino de un ejemplo vivo “.

Compartamos juntos estas reflexiones sobre la Palabra de Dios en este importante período de Cuaresma que invita a todos a seguir el camino “per crucem ad lucem”.

 

Os saludo y os bendigo,

Can. Don Robin Camilleri (Senglea, Malta)